Sin duda, la gastronomía de cada país es un rasgo distintivo de su cultura. Ni qué decir de nuestra deliciosa comida mexicana.
La relación comida-arte, se está volviendo un poco recurrente, ya sea en la pantalla grande o en los libros. Desde la reciente Comer, Rezar, Amar en la que la protagonista viaja a Italia para degustar cuanto platillo oriundo puede; Las Mujeres Arriba, Ramen Girl y una larga lista que enumera las aventuras de las mujeres y hombres que se adentran en el mundo culinario y transmiten sus emociones y sentimientos a través de los platillos, o son víctimas de ellos.
¿Recuerdan Sopa de Tortilla? La película cuenta la historia de un migrante mexicano viudo en los Estados Unidos, que trata de mantener unida a su familia (tres hijas) con la tradición de la comida dominical, por supuesto, con comida típica mexicana.
O quién no recuerda la entrañable novela de Laura Esquivel, Como Agua Para Chocolate, en la que, a través de los platillos que preparaba Tita, en la época del México revolucionario, se entretejían tanto los olores, los sabores, como las historias. El libro nos cuenta sobre Tita y Pedro, quienes no podían estar juntos por la tradición que mantenía Mamá Elena, en la que la hija más pequeña se quedaría a cuidarla hasta su muerte. Ésta historia, es llevada al cine por Alfonso Aráu, en 1992, y tanto él, como su, en aquél entonces, esposa, Laura Esquivel, logran transportar todo el realismo mágico del libro a la pantalla. Es así que entre pasteles que conjuran la nostalgia, codornices que encienden la pasión, la historia del último chile en nogada, las torrejas para la generala Gertrudis; se desarrolla esta historia que nos hace agua la boca, mientras nos enciende las emociones.
¿Recuerdan Sopa de Tortilla? La película cuenta la historia de un migrante mexicano viudo en los Estados Unidos, que trata de mantener unida a su familia (tres hijas) con la tradición de la comida dominical, por supuesto, con comida típica mexicana.
O quién no recuerda la entrañable novela de Laura Esquivel, Como Agua Para Chocolate, en la que, a través de los platillos que preparaba Tita, en la época del México revolucionario, se entretejían tanto los olores, los sabores, como las historias. El libro nos cuenta sobre Tita y Pedro, quienes no podían estar juntos por la tradición que mantenía Mamá Elena, en la que la hija más pequeña se quedaría a cuidarla hasta su muerte. Ésta historia, es llevada al cine por Alfonso Aráu, en 1992, y tanto él, como su, en aquél entonces, esposa, Laura Esquivel, logran transportar todo el realismo mágico del libro a la pantalla. Es así que entre pasteles que conjuran la nostalgia, codornices que encienden la pasión, la historia del último chile en nogada, las torrejas para la generala Gertrudis; se desarrolla esta historia que nos hace agua la boca, mientras nos enciende las emociones.
Más recientemente, se acaba de estrenar la película Canela, que retoma la tradición de los platillos típicos mexicanos, pero en esta ocasión, inmersos en el México contemporáneo, invadido de recetas exprés y light. Personalmente, no he podido verla aún, porque no ha sido estrenada en mi ciudad, pero espero verla para contarles cómo le fue a Canela.
¿Ustedes recuerdan alguna película?
¿Ustedes recuerdan alguna película?
ZDSM
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| Delicioso mole poblano |
